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La importancia de los manglares antes y después del COVID-19


Por: David Castro

Ambientalista

Durante esta cuarentena, nos pudimos percatar que el panameño tuvo una conexión directa con la naturaleza, en muchos noticieros pudimos apreciar varios animales salvajes muy cerca de las zonas urbanas, sin temor a convivir con los seres humanos.

¿Qué dicen los científicos?

Esta pandemia nos debe hacer reflexionar y entrar en razón para que cambiemos nuestro modo de vida y nos interesemos en proteger nuestra flora y fauna que cubre nuestro país.

Hoy en día, la caza indiscriminada, la deforestación y la contaminación están amenazando el hábitat de los animales salvajes y de todos los seres humanos.

Los científicos han hecho un llamado de atención porque en los últimos 50 años se ha destruido por la intervención de la mano del hombre la mitad de los bosques del mundo, la mitad de los manglares, la mitad de los arrecifes de coral, el 40% del suelo esta degradado y más de un millón de especies están en peligro de extinción (información del Panel Intergubernamental -IPBES-2019).

¿Cuál es la situación de los manglares en Panamá?

En el caso específico de los manglares en Panamá, que cubren aproximadamente 170 mil hectáreas donde la mayor parte se encuentran en el pacífico.

El 97% (Golfo de San Miguel en Darién, Bahía de Panamá, Herrera, Coclé, Los Santos, Chiriquí y el Golfo de Montijo en la Provincia de Veragua).

El otro 3% en el área del Caribe (Bocas del Toro, Colón y San Blas), enfrentan grandes amenazas por el interés de inversiones inmobiliarias que no son amigables con la naturaleza en el desarrollo de sus proyectos urbanísticos.

En el caso de la ciudad de Panamá, que tiene 1 millón 512 mil 359 habitantes (Instituto de Estadísticay Censo -2015) se está creando un impacto que afecta negativamente el ecosistema que lo rodea debido a la conducta de la población y de este fenómeno no escapan los manglares del humedal de la Bahía de Panamá.

Este humedal que se extiende desde oeste a este, desde el Río Caimito (Distrito de Panamá) hasta el Río Santa Barbara (Distrito de Chimán).

Dicho humedal tiene una extensión de 85 mil 664 hectáreas y tiene como función mitigar las consecuencias de los gases de efecto invernadero, atrapar el dióxido de carbono en sus raíces, hojas, troncos, frenar las altas mareas, actuar como barreras contra tsunamis y disminuir las sedimentaciones.

Sin embargo, dichos manglares corren un peligro inminente debido a la contaminación de la zona como: residuos orgánicos, biológicos, químicos, metales pesados que se desintegran y se bioacumulan en la flora y fauna, contaminando uno de los principales humedales.

Por otro lado, tenemos a la ciudad de Colón que, a principios del 2018, más de mil 300 viviendas fueron perjudicadas por las lluvias debido a la destrucción de los manglares que se ha venido realizando en esta provincia.

No obstante, en los últimos 20 años se han removido más de 2 mil hectáreas de manglares en la provincia de Colón, para la construcción de los puertos y la expansión de la Zona Libre, provocando que la población este vulnerable a las inundaciones y a otros efectos del cambio climático.

¿Cómo los manglares nos protegen de los efectos del cambio climático?

Finalmente, tenemos que reconocer que los manglares como cualquier otra especie del planeta está sujeto a las consecuencias del cambio climático y a través del tiempo ha podido adaptarse y evolucionar a los cambios naturales que ha presentado el planeta.

Sin embargo, es difícil que puedan sobrevivir a nuevos cambios donde la presión humana y la falta de conciencia ambiental en nuestro país no cambie en un futuro próximo.

Después de esta lección que nos ha dado la pandemia, es justo tomar nuevas medidas de protección al medio ambiente en especial a los manglares, sabiendo que nuestro país tiene uno de los manglares más grandes de América Latina, después de Brasil y que actúan como una barrera natural para muchas plagas que puede traer el cambio climático.

Asimismo, debemos cumplir con la hoja de ruta establecida por la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo sostenible e identificar cuáles son las prioridades en materia ambiental que debemos tomar.

Además, fortalecer la alianza del Gobierno, la empresa privada y la sociedad civil, para coordinar una futura estrategia de sostenibilidad ambiental que involucre temas sanitarios y componentes de Derechos Humanos.

Por: David Castro

Ambientalista

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