Mi familia y yo caminamos por una pasarela de moda internacional en Tailandia. No fue fácil enfrentar la mirada expectante de la multitud. ¿cómo te preparas psicológicamente para salir al escenario?
Recuerdan ¿cuándo escribí sobre hablar en público? ¿cómo me ponía cuándo tenía que enfrentar a mi salón de clase para decir una
charla?
Alguna vez les ha pasado que ¿cuándo caminan
nerviosos pareciera que su cuerpo olvidó caminar? ¡Exacto! No solo para hablar te
pueden fallar los nervios, también para caminar.
Vayamos al inicio
Me tocó participar como uno de los modelos
honorarios en este evento. Lo primero que pensé ¿en serio tengo que modelar? Tendría
que buscar la forma de sentirme cómodo y seguro para este reto.
Pues ¿a dividen quién es la personita que más
valor me da en este mundo? ¡Mi hija Evaluna! Pero, sabía que para lograr que mi
hija caminara en esa pasarela, con tanta gente mirándola, necesitaríamos estar
mamá y papá juntos. Ahora, ¿cómo convenzo a Keila? Mi esposa.
Se podrán imaginar ese ¡NO! rotundo. La entendía
muy bien. Yo tampoco quería hacerlo, pero sin ellas dos, yo no tendría valor
para enfrentar esa multitud mirándome a mi solo.
Me preguntó ¿por qué tenemos que hacerlo?
Le expliqué. Anualmente el gobierno tailandés
celebra el festival de la seda tailandesa. El gobierno pone la seda a
disposición y los diseñadores crean piezas que destaquen su cultura.
Toda una semana de modelos profesionales exhibiendo
piezas de moda creadas por diseñadores de renombre provenientes de todo el
mundo.
El festival finaliza con un gran evento. Un embajador
o representante de cada embajada, camina por la pasarela exhibiendo una pieza única
realizada a medida. Estos son los modelos honorarios.
Este año tenía que representar a Panamá.
El Sí de Keila
Ese ¡sí! Fue tan dulce cómo aquel primer Sí… ¿cómo
la convencí?
Con tiempo. Le di tiempo para mentalizarse. Le hablé
de las cosas positivas y de lo linda que se vería nuestra hija en esa pasarela.
Sería algo que contar por el resto de nuestras vidas. Eso era cierto.
Pero, creo que lo que más la animó fue cuando
la puse en contacto directo con el diseñador. Moises Sandoya. Excelente persona
y profesional. Con una pasión contagiosa por su trabajo.
Esa pasión se la contagió a Keila y llegó el ¡ok!
No era cómo un ¡Sí! Pero funcionaba.
El gran día
La semana de la moda internacional terminó. El evento
principal llegó. La Novena Celebración de la seda “la Ruta de la Seda
Tailandesa para el Mundo 2019”. Una cosa es saber qué va a pasar en un mes o
unos días, pero otra es saber que va a pasar en unas horas o minutos. Llegaron los
nervios a flor de piel.
El comité organizador hace todo lo posible para
que los modelos honorarios este tranquilos y relajados. No olvídelos que este día
los modelos somos personas que no nos dedicamos a caminar por una pasarela
todos los días.
Ese día, muy temprano, hicimos una práctica. Todos
a caminar. La práctica fue un desastre. Cuando
nos tocó a Evaluna, Keila y a mí; Evaluna se estresó al escuchar los
aplaudieron. En ese momento la tomé en mis brazos, la cargué y más o menos se
relajó.
Se me ocurrió que, a mitad de pasarela tomaría
a Evaluna en brazos y la cargaría. Haría eso, ella se estresará o no.
Luego nos peinaron. A Keila y Evaluna las
maquillaron un poco, cosa que le encanta a mi hija. Luego las peinaron. Nos
vestimos. Luego nos dirigimos a la parte trasera del escenario. Allí estaríamos
durante todo el evento. Esperando nuestro turno.
El Primer Ministro de Tailandia dio unas
palabras para abrir el evento. Seguido, modelos internacionales modelaron como
parte del programa. Los honorarios quedábamos para el gran final, como la
cereza del pastel.
¡Just do it!
¡Se acercaba el momento! los nervios
llegaron con más poder que nunca. Los modelos honorarios empezaron hacer fila, según
nos decían el orden, y empezaban a salir.
El corazón me latía a millón. A Keila también. Sobre
todo, porque no sabíamos cómo reaccionaría Evaluna esta vez. Evaluna parecía estar
muy tranquila.
Keila me preguntaba ¿cómo te sientes? Le dije “bien,
tranquilo”. ¿cómo puedes estar tranquilo? Me preguntó. Le dije “no pienso en
eso, eso lo que vamos a hacer” le respondí.
Claro que por dentro me estaba muriendo de
terror. Pero, por una parte, tenía que mostrarle seguridad para no estresarla y
por otra, hacer eso me ayudaba a realmente no pensar en lo que venía. Solo hacerlo.
¿Recuerdan mi artículo “Fake it untilyou make it”?
Me quité los lentes. Le pedí a alguien que me
los guardara. Keila preguntó ¿por qué te los quitas? Luego exclamó ¡no vas a
ver nada! Y le dije, esa es la idea.
Poco a poco nos fuimos acercando a la pasarela.
¡Llegamos! hicimos todo lo posible por mantener la atención de Evaluna hacia nosotros
para que no viera a la multitud. Y escuchamos ¡Panamá! Hora de salir.
Salimos. Caminamos. No veía nada, escasamente alcanzaba
a ver el piso por donde caminaba. A mitad de pasarela tome a Evaluna sin
pensarlo y todo fluyó de forma maravillosa.
¡Lo logramos! Adrenalina al máximo. Que felicidad
y sensación de alivio.
Todo fue más fácil. Keila y Evaluna lo
disfrutaron.
No pienses mucho las cosas, no te dejes
intimidar por la magnitud de algo que te puede parecer inalcanzable. ¡Solo hazlo! !Just do it!
3 Comentarios
Lo volvería hacer creo que si, fue una experiencia que jamás olvidaré!
ResponderBorrarSi lo volviera hacer, quizás no me quitaría los lentes jajaja.
BorrarMe hiciste reir mucho con lo de los lentes jajajaj te imaginé, buena técnica... pero supongo también me sentiría insegura de no ver bien jajaja. Estuve todo el artículo con la tensión como si lo estuviera viviendo. Que valientes los tres! Felicitaciones por apoyarse así, que gran equipo ❤️ yo descubrí que ma aterran y amo los escenarios, así como vos, subiendo a ellos. No queda otra que experimentar para saber, a veces jeje. Saludos a los tres!!
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